El fantasma Cucufate
El fantasma Cucufate
se dio
ayer un sofocón:
se manchó
de chocolate
la sábana
de algodón.
La metió
en la lavadora,
le echó
mucho detergente
y la lavó
media hora
con el
agua muy caliente.
Y ahora
como alma en pena,
enfadado
y afligido,
vaga de
almena en almena:
¡la sábana le ha encogido!
Le llega por las rodillas,
igual que
una camiseta,
y luce
las pantorrillas
y las
medias de calceta.
Tiene un
enorme disgusto
porque,
de frente o de espaldas,
¿a quién
va a matar de susto
un
fantasma en minifalda?
(Carmen Gil, Monstruos, brujas y fantasmas,
Editorial Brosquil)